CQC Argentina – Informe sobre bullying

Por Elizabeth Lemos. Mediadora educativa.

CQC Argentina presentó un informe, en 2012, sobre bullying en nuestro país en el cual presenta a todos los puntos de vista, incluso de quienes practican o practicaron bullying con sus compañerxs.

Lo presentamos, aunque sugerimos la guía del/la docente que tenga interés en compartir este tipo de material con sus alumnxs. Es muy importante que lxs alumnxs no se queden con la idea de que no hay salida de esta situación, incluso existen spots que no recomendamos para el uso en el aula porque muestran las soluciones extremas a las que puede llegar un/a alumnx que está sufriendo por ser víctima de bullying.

Existen diferentes situaciones que a veces se suelen confundir.

La disruptividad se refiere a las situaciones en las que el comportamiento del alumnado tiene por finalidad interrumpir el proceso de enseñanza-aprendizaje o incluso impedirlo, puede presentarse en grupo. Esta noción se asocia generalmente al uso de nuevas tecnologías de la información y comunicación, por ejemplo el uso de celulares en el aula, la consulta de facebook en clases de informática, entre otros. En este caso, la situación se presenta entre el profesorado y el alumnado.

Debemos distinguir la indisciplina, que no apareja necesariamente violencia contra  pares o docentes, es una violación a una norma de la institución educativa – puede ser por ejemplo el no cumplimiento de una norma del Acuerdo de Convivencia, en las escuelas que lo trabajan y puede intervenir el Consejo o el cuerpo que el Acuerdo haya instituido.

La violencia escolar  puede consistir en un hecho aislado o ser esporádica, no por eso de menor importancia. Puede estar dirigida del alumnado al profesorado o viceversa o entre pares.

La violencia escolar puede ser también persistente en el tiempo y éste es el caso del  bullying. Es repetitiva, intencional, dirigida a producir un malestar físico o psíquico, a un integrante del alumnado.

Rosario Ortega – máxima autoridad en el tema de convivencia escolar- incluye el término de “crueldad” en este caso.  Esta autora habla de la institución educativa como un sistema y considera al alumnado como un microsistema de pares, que se conforma como un “grupo de referencia”. Estos grupos pueden conformarse adhiriéndose a valores, exigencias para “pertenecer” que son internos de estos  y muchas veces invisibles para el profesorado, ya que forman parte de las relaciones en el microsistema de pares, al que muchas veces no se tiene tiempo de conocer en profundidad (salvedad: escuelas pequeñas).

Cuando estos grupos de pares adhieren a valores, actitudes, sentimientos, roles, relaciones de poder y hasta proyectos en común positivos se presentarán conforme a principios democráticos y de igualdad al interior de los mismos. Estaremos ante una situación de convivencia pacífica, nunca negando la existencia de conflictos, pero que serán resueltos de manera pacífica.

Sin embargo, cuando el grupo se conforma con valores negativos sus integrantes ejercerán la violencia como parte “naturalizada” de los códigos internos del mismo, se darán relaciones de poder-sumisión asimétricas. Algunas veces, quién ejerce esta violencia está visto como un héroe contra el “sistema escolar”, un “rebelde” que puede ser replicado por los demás de su grupo. En algunos casos, estas actitudes violentas pueden llevar incluso al vandalismo o a la delincuencia. Un tema aparte, que no ahondaremos es el de lxs alumnxs con características psicopáticas.

En el caso del bullying existe un tercer grupo que es el de los expectadores pasivos, ya sea por empatía con el que ejerce la violencia -física, psíquica, verbal, sexual o exclusión social- o por miedo a ser víctimas también, en el caso de intervenir en ayuda de la persona que está siendo violentada. Es importante destacar que, en este último caso les  genera un gran malestar e incluso les puede afectar psíquicamente  porque en muchos casos no se sabe cómo actuar frente a la víctima que está sufriendo  y que generalmente se aísla cada vez más.

En cuanto al profesorado, Rosario Ortega nos dice que esta violencia generalmente está oculta porque se da a nivel interno del grupo de pares. Pero, atención, generalmente podemos escuchar frases repetitivas como “No te bancás ningún chiste, che”, “Te lo digo en broma nomás”, “No sé por qué te ponés así por lo que te decimos, si es un apodo cariñoso nomás” y, en muchos casos, estxs alumnxs violentos pueden ser muy hábiles para ocultar sus actos de “crueldad” e incluso, aduladores y seductores de pares y profesorxs. Recordemos que la violencia escolar puede ser: verbal, física, sexual, psicológica o consistir en la exclusión social.

Lo dicho no exime de responsabilidad al microsistema del profesorado pero es importante comprender de qué manera se va entretejiendo la conformación de los grupos de alumnxs al interior del aula pero que gran parte de ella es invisible porque las relaciones en el grupo de pares responden muchas veces a circunstancias externas al aula y que responden a valores que los grupos de referencia comparten de manera positiva o negativa.

Es por ésto que es tan importante trabajar en el aula sobre los derechos humanos, la democracia, la igualdad,pluralidad, multiculturalidad, la salud y los aspectos afectivos, la Cultura de Paz.

En este informe hablan profesionales e incluso padres de alumnxs que han sufrido bullying. Es de una extensión de aproximadamente 12 minutos, así que aquellxs que tengan una conexión lenta les recomiendo paciencia porque este informe en realidad es una ayuda para comenzar con el tema.

 

 

Bibliografía  consultada:

“La convivencia escolar: qué es y cómo abordarla”, Ortega, R. y
colaboradores, (1998), Consejería de Educación y Ciencia, Sevilla.

 

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